Un fisgón tiene suerte con dos zorras que se comen su polla

Todos los días está en ese patio, se oculta con las plantas para que no lo vean pero parece que desde hace rato fue pillado, las dos mujeres saben que es un fisgón y un buen día tiene suerte con las dos zorras. Lo meten a su casa y se comen su polla sin decirle nada. Ahí fue cuando descubre que eran madre e hija, ya que ambas están muy buenas, no pensó que una fuese la mamá de la otra. Eso puso el morbo en otro nivel y ya no quería espera más para follarse el coño de las dos. Quería comparar las diferencias y similitudes que pueden tener las mujeres de una misma familia.