Qué bueno que llegaste, ahora vamos a follar

Un día terrible es ese cuando tienes que intentar meterte en la casa y fingir que sabes lo que estás haciendo. Y mucho peor cuando eres una mujer de más de 40 años cuya único interés es disfrutar la vida y que otros se encarguen de las responsabilidades. Entonces aparece el tonto de tu hijastro y es cuando empiezas a ver la luz al final del túnel. —Qué bueno que llegaste, ahora vamos a follar—, le dices porque quieres sacar la frustración que acumulaste en la mañana. Y con una buena mamada de polla, se pasa cualquier cosa. Obviamente, luego tendrá que follar tu coño porque es lo que hace una guarra en estos días.