La jovencita negra adora que el vecino se corra en su boca

El tío siempre ha vivido solo y la ha visto crecer. Mantuvo su distancia porque no tenía la edad que se supone que debería tener para ser una puta pero ya la tiene y no hay peligro. Así que todos los días cuando está haciendo ejercicios, la chica toca la puerta y si no le abre, ella entra como sea. Básicamente es porque la negrita es una viciosa de su polla y adora que el vecino se corra en su boca. Algo que el tío no le puede negar porque es un buen samaritano y entonces no puede dejar que se vaya sin antes satisfacer su coño y hacerle la corrida que ella quiere.