La cerda necesitaba probar la polla de su hijo
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A veces pensamos que los pensamientos son cosas que pasan por nuestras cabezas que, muy pocas veces se llegan a materializar. Al menos en la mente de un hombre que entiende, que cualquier cosa que pueda pensar, es irrelevante porque tendrá que hacer lo que su mujer diga. Sin embargo, una zorra razona de forma diferente. Ya que ellas si hacen realidad sus perversiones. Como esta cerda que tenía que probar la polla de su hijo. Le hizo una mamada y luego el chaval la tenía dura y tuvo que darle una follada al mismo coño por donde él mismo nació.