Rubia con cabello corto follando con el entrenador negro

No se conocían de nada, hasta que se cruzaron en la calle. Él era un joven deportista, ella una guarrilla en busca de pollas. Y ese día la polla que ella había elegido era la de él. Se acercó y de forma insistente consiguió sacarle el rabo para comérselo. El chico estaba avergonzado, al fin y al cabo estaban en plena calle. Pero a ella no parecía importarle.
Al final consiguió convencerla para apartarse un poco y allí se la folló, aunque su cabeza no hacía más que mirar a todos lados por si veía alguien pasar.