Su hijastra le pide que le enseñe a follar

Sentada en un café donde pretende pensar en que va a hacer para pagar la renta el siguiente mes y de pronto, la vida le pone una oportunidad en frente que no puede rechazar. Es que cuando se mezclan los negocios con el placer, seguramente las cosas salen mal. Al menos que seas una zorra dispuesta a lo que sea. En ese caso, todo sale bien. Y es cuando le ofrecen dinero por meterse un pollón y la pelirroja acepta sin pensarlo. Porque necesita sentir placer en su coño y no le importa que no conozca a ese tío. Solo quiere una buena follada. Y si además, recibe unos billetes, entonces es su día de suerte.