La prima quiere que se corra dentro de su garganta

Se sienta en el sillón y él solo puede ver su rostro. Su cabello rubio que brilla con la luz artificial de la casa y esa mirada perdida que parece que busca algo que jamás va a encontrar. Sin embargo, a su lado se encuentra algo que es menos poético. Unos consoladores que tienen una función específica. Porque con esa cara de inocente, pide una follada en el culo y este tío, que no tiene corazón para negarle nada, saca su polla para que le haga una mamada y luego darle lo que quiere. Y es que en esa posición, cualquiera haría lo mismo. Y darse un paseo por su coño tampoco está mal.