Le van a romper el culo y está muy emocionada

Entra y tiene esa ropa interior que hace unos días él mismo le compro y además, la tiene a medio poner. Sentada en la cama, con las piernas abiertas, lo mira con ese rostro de placer que él ya conoce. No tiene que decir nada, no tiene que explicar nada. Porque con el coñito bien caliente la consigue y ahora, lo único que puede y debe hacer, es meterle la polla en la boca para que ella le haga una mamada. Y luego de eso, está claro que follarla es la mejor opción. Porque ella no aceptara otra cosa. La jovencita necesita los orgasmos a los que está acostumbrada y no acepta un no como respuesta.